Después de comer un rico bocadillo de bacon y queso volvieron todos juntos al campamento.
Después de ir a la piscina y cenar puré, calamares y revuelto de tortilla los niños hicieron el juego de la noche.
Tuvieron que entrar a una ciudad, el problema estaba que la ciudad estaba protegida por unas barreras. Para entrar debían quitar los palos luminosos que formaban la barrera; debían ser sigilos ya que la barrera estaba protegidas por los guardianes de la barrera.
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