A fin de asegurar esa continuidad esta semana hemos mantenido diferentes reuniones (con el ayuntamiento para asegurar la continuidad en el peor de los casos y con los párrocos de Los Ángeles y de San Marcos) y podemos decir con gran alivio y alegría que esa situación se resolvió anoche en una reunión con Don Cristóbal, párroco de San Marcos.
En dicha reunión llegamos a un acuerdo a partir de un documento que hemos redactado entre todos los monitores en el que expresamos que es para nosotros el Junior, como queremos que sea y porque. Dicho acuerdo asegura la continuidad del grupo en San Marcos y allana el camino para que podamos seguir en San Carlos también. Os mantendremos informados de como se suceden los acontecimientos. Este es el documento:
Carta abierta de los monitores del Junior Shalom a la Comunidad Parroquial de San Marcos
El Grupo Junior San Marcos existe desde 1995, por él han pasado más de 1000 niños, niñas y jóvenes a lo largo de estos años. Todos ellos han recibido una formación y unos valores de vida cristianos a través del Junior, gracias al trabajo de los monitores y al apoyo de la Comunidad Parroquial de San Marcos.
El grupo nació de un grupo de Confirmación y a lo largo de estos años la gran mayoría de los monitores se han formado como tales y han celebrado la Confirmación dentro del grupo, certificando así su adhesión a Cristo y al Junior. Nació con el apoyo del Grupo Junior de San Carlos, grupo con el que siempre hubo una estrecha colaboración, hasta el día de su cierre en 2007.
En 2008 el equipo de monitores del Grupo Junior San Marcos con la aprobación de los párrocos de las dos parroquias, San Marcos y San Carlos, tomamos una de las decisiones que como grupo más orgullo nos proporciona, reabrir el Junior en la Parroquia de San Carlos.
Dicha decisión supuso mucho trabajo y muchos cambios, se trataba de un nuevo proyecto, una nueva forma de entender el Junior y de llevar su lema, “Siempre Unidos”, un poco más lejos. Consensuamos con Don Cristóbal, Don Rafael y José Ignacio un nombre para ese nuevo Junior que nacía de la unión de los dos grupos, el nombre elegido a propuesta de Don Rafael fue Junior Shalom.
El equipo de monitores siempre ha intentado trabajar aplicando los Principios de Vida Junior basados en la vida y las enseñanzas de Cristo. Creemos que la mejor forma de transmitir esos principios es a través de la experiencia de vida, por ello los aplicamos a actividades en las que los niños y niñas convivan y trabajen juntos en equipo.
Pensamos que es importante compartir esas experiencias con las familias, no solo para que conozcan el trabajo que realiza el Junior con sus hijos, sino para que también sean partícipes de él y del Junior, por ello realizamos actividades de convivencia familiar como las Cenas de Padres o el Shalom Familiar, donde todo el Junior se une para compartir.
Nuestra forma de trabajo nos permite ser un grupo abierto a todo el mundo, gracias a ello hemos transmitido los valores de vida del Junior a niños y niñas de todo tipo: creyentes, no creyentes e incluso que profesen una fe diferente a la nuestra, niños y niñas con necesidades especiales, niños y niñas que viven en Centros de Acogida, niños y niñas con diferentes condiciones económicas... Siguiendo las enseñanzas de Cristo trabajamos de forma que todos puedan participar juntos y a igual nivel sea cual sea su condición religiosa, física, social o económica.
Creemos que el Junior es un lugar donde los niños, niñas pueden conocer el Sacramento de la Eucaristía de una forma más accesible para todos, por ello preparamos cada celebración para que los niños, niñas y monitores seamos partícipes de ella, tratando de ejemplificar con experiencias de nuestro día a día.
El equipo de monitores se forma de manera continua no solo para aplicar y desarrollar los planes de formación elaborados por José Ignacio, sino también para poder generar sus propios planes de formación cuando es necesario. Creemos que nadie sabe mejor cuáles son las necesidades de cada equipo que su propio monitor, por ello todos los monitores nos formamos para ser capaces de desarrollar planes de formación para nuestros equipos con el apoyo del resto de monitores del grupo.
Desde el equipo de monitores entendemos que el Junior es un forma de vida, siguiendo los pasos de Jesús, que va más allá de cada uno de nosotros. Por ello, trabajamos para que nuevas personas se adhieran al Junior y para que cada uno de los niños y niñas del Junior quieran, llegado el momento, ser monitores y seguir transmitiendo esos valores de vida cristianos. Dicho trabajo ha permitido que hoy por hoy convivan en el grupo 4 generaciones de monitores y que una gran parte de ellos hayan crecido en el Junior formándose tanto como personas como monitores desde su infancia.
Para todos nosotros, pero en especial para los monitores que entraron en el grupo siendo niños, el Junior es el lugar donde descubrimos nuestra fe en Cristo y como poder compartirla y transmitirla a los demás. El Junior es ante todo servicio a la comunidad, ninguno está en él por beneficio propio, sino al contrario, para transmitir una forma y unos valores de vida basados en Cristo no sólo a través de la palabra, sino sobretodo a través de nuestros actos.
Estamos convencidos que nuestra forma de trabajo se ajusta a los valores de vida Junior, sabemos que no somos perfectos y que muchas veces no estamos a la altura de lo que se espera de un monitor Junior, pero trabajamos todos los días para mejorar y alcanzar ese ideal, y luchar por ese mundo nuevo que nos mostró Cristo.
Por todo lo expuesto el equipo de monitores creemos que la continuidad del Junior es importante no solo para los niños y niñas que asisten al Junior y sus padres o para los monitores, sino para la comunidad parroquial en su conjunto, ya que el Junior es el principal vínculo de muchas familias con ella y con la fe en Cristo.
Estamos dispuestos a seguir llevando a cabo esa labor con la misma intensidad e ilusión, estamos dispuestos a trabajar codo con codo con el resto de la Comunidad Parroquial para seguir transmitiendo la fe que todos compartimos. Para ello creemos que es indispensable:
- Recuperar la confianza mutua pérdida, tanto por parte del equipo de monitores hacía el párroco como de este hacía el trabajo desempeñado por ellos.
- Una mayor implicación del Junior en la Comunidad Parroquial, pero también una mayor implicación e interés por parte de esta en el Junior.
- Reconocer el trabajo y apoyo de José Ignacio durante todos estos años y seguir contando con su ayuda y experiencia tanto en la toma de decisiones como en temas de formación de niños, niñas y monitores.
- Al dejar de existir la Parroquia de San Carlos realizaremos todas las celebraciones eucarísticas en la Parroquia de San Marcos, se realizarán como los últimos años una vez al mes y seguiremos preparándolas previamente con los niños y niñas que asisten al Junior.
- El Junior seguirá trabajando y colaborando con todas aquellas actividades y proyectos que el equipo de monitores considere que cumplen los objetivos y principios del Junior y/o que creamos que tienen un valor pedagógico. Tanto dentro de la Comunidad Parroquial como las campañas a favor de Cáritas, como fuera de ella, como por ejemplo el proyecto compartido con AHUIM “El Nacimiento de los Niños del Mañana” y todas las actividades que conlleva (Cena Solidaria, Joc Solidari, Concurso de Cuentos,...).
- El local del Junior puede y debe ser compartido con otros grupos y actividades de la parroquia, pero siempre desde el respeto a la actividad que el Junior realiza en él, ya que se trata de un espacio en el que se trabaja con niños y niñas.
- El equipo de monitores seguirá limpiando y recogiendo el local del Junior después de sus actividades y antes cuando sea necesario, pero es un local más de la parroquia usado por más grupos por lo que debe recibir el mismo mantenimiento y limpieza que el resto de la parroquia.
- Dado que realizamos tareas de limpieza del local es necesario que tengamos acceso al armario de limpieza para poder disponer de productos de limpieza y papel higiénico.
- En el Junior nadie es más importante que los demás, nuestro lema es Siempre Unidos y esa unidad no se articula a través de ninguna persona concreta sino a través de la figura de Cristo y los Principios de Vida Junior que se derivan de él. Todas las decisiones se toman en asamblea, de forma democrática y con el mayor consenso posible, así ha sido desde el nacimiento del Junior y así creemos que debe continuar siendo.
- Por último, pero no menos importante, no nos negamos a formar parte del Junior Movimiento Diocesano, estamos dispuestos a que nos expliquen qué es y que implica estar dentro de dicho Movimiento. Una vez les hayamos escuchado decidiremos si queremos pertenecer o no a él como siempre hemos hecho, reunidos todos en asamblea y llegando todos juntos a un acuerdo. A lo que no estamos dispuestos es a que se nos imponga unilateralmente y sin ni siquiera consultarnos previamente la adhesión a un Movimiento. Mientras tanto seguiremos manteniendo nuestra forma de trabajo que se basa en los principios con los que se creó el Grupo Junior San Carlos hace casi 30 años, son los mismos que inspiraron en 1995 la apertura del Grupo Junior San Marcos y los que nos llevaron a reabrir el Grupo Junior de San Carlos y crear el Junior Shalom en 2008. Unos principios con los que nos sentimos totalmente identificados, sin rechazar a nadie, siendo totalmente creadores de nuestras propias programaciones, libres de utilizar nuestra creatividad para hacer siempre buenas actividades e intentando mejorar e innovar.
Nos gustaría acabar con una cita del Papa Francisco:
“La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades… ”.
La alegría del Evangelio.
Papa Francisco.
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